La Vía Verde del noroeste murciano
A principios de los años 70 dejó de funcionar la línea de ferrocarril que unía Murcia capital con la ciudad de Caravaca en el noroeste de la provincia. De esta forma, quedaron sumidas en un progresivo abandono unas infraestructuras comunicativas que discurrían por algunos de los parajes más atractivos de la zona. Hasta que hace unos años se encontró una interesante alternativa a esta situación tan poco deseable: en 1993 se puso en marcha el Programa Vías Verdes, impulsado por el anterior Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente y actualmente por el Ministerio de Medio Ambiente, en colaboración con RENFE y FEVE, en el que pronto se involucraron muy activamente las Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos, así como grupos ciclistas, ecologistas y colectivos ciudadanos. Este Programa pretendía recuperar las rutas ferroviarias abandonadas para crear en ellas nuevos espacios de ocio y del deporte al aire libre, para promover sobre todo la movilidad no motorizada.
Y así surgió entre otras muchas la Vía Verde del Noroeste murciano, un magnífico recorrido de 48 km que puede realizarse a pie, en bicicleta o a caballo y que discurre entre las poblaciones de los Baños de Mula y Caravaca de la Cruz. Diez impresionantes viaductos y cinco túneles jalonan esta atractiva ruta a lo largo de la cual se alternan paisajes de badlands de la comarca del Río Mula con los pinares y montañas de las tierras del Noroeste propiamente dichas.
Por otro lado, la Vía Verde del Noroeste nos lleva lugares de indudable valor histórico y cultural, como el Santuario del Niño de Mula o el propio casco urbano de Mula, con su impresionante castillo; la villa de Bullas, rica en tradiciones vinícolas; el interesante casco histórico de Cehegín y las ruinas de la población tardorromana de Begastri, situadas junto a la misma Vía, y, por supuesto, el conjunto histórico de Caravaca, coronado por el Castillo-Santuario de la Vera Cruz. Todo ello constituye sin duda una interesante experiencia para el excursionista que se aventura en este peculiar camino.
Cada año, el segundo domingo de mayo, se celebra el Día de las Vías Verdes, con numerosas actividades y masiva afluencia de excursionistas a cada uno de los recorridos existentes. El evento supone un motivo añadido para invitar a aquéllos que lo deseen a disfrutar de un agradable y tranquilo paseo lejos del mundanal ruido.
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