Aitana, un destino entre la montaña y el mar
Visitar Aitana es descubrir las posibilidades de una tierra repleta de recursos donde el viajero podrá disfrutar tanto de la riqueza de su historia como de la belleza de su paisaje. Conocida como tierra de musulmanes, esta comarca alicantina fue recuperada para el mundo cristiano por Jaime I. Son muchos los monumentos que recuerdan esta hazaña. Pequeños núcleos de población mantienen aún el encanto de sus antepasados a través de pequeñas ermitas, castillos árabes, torres medievales, pozos de la nieve... la riqueza de un patrimonio que se conserva para el viajero. Pero quizás el legado histórico más importante sean sus pinturas rupestres, con muestras de arte levantino declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el 5 de diciembre de 1998. Sin embargo, lo que hace única a Aitana es su paisaje, que permite disfrutar tanto del verde de la montaña como del azul del mar. Sierras como Mariola, Aitana o Serrella dan forma a un paisaje donde el terreno abrupto de los barrancos se mezcla con la llanura y amplitud de los valles recorridos por pequeños riachuelos. Existe una gran cantidad de parajes para visitar, numerosos barrancos, cuevas y fuentes originados gracias a las características paisajísticas de la zona. Destaca el Barranc de lInfern debido a su gran belleza, aunque para visitarlo siempre se ha de ir acompañado de un experto, debido a la estrechez y desniveles que en él encontramos. LAltar Gelat se caracteriza porque, ni en invierno ni verano, el sol llega a él. Es en esta época del año cuando cobran importancia los tolls o piscinas naturales formadas por los ríos que permiten disfrutar de un agradable baño veraniego. La configuración del terreno de Aitana permite practicar desde simples excursiones a actividades de mayor riesgo como la espeleología o la escalada. Y junto a estas montañas, cuando la geografía lo permite, hallamos acantilados que dan paso a pequeñas calas, que acercan el mar a estas tierras. Para conocer esta comarca, en www.cederaitana.com se proponen 7 rutas. En cada una de ellas se pone de relieve sus peculiaridades: historia, productos típicos de su economía (almendras, aceite), mar y montaña. La gran desconocida de la Costa Blanca se convierte en un lugar ineludible donde todas las posibilidades están presentes, capaz de ofrecer riqueza cultural junto con la variedad de un paisaje, que une lo mejor de la montaña y el mar. Un destino para todos los gustos.
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